Obra teatral: Soy un soldado
A esta obra la escribí en conmemoración al
Éxodo Jujeño de 1812.
Cuando decidí empezar a trabajar en ella, no
tenía muy en claro como representar el Éxodo Jujeño dentro del teatro. Puesto
que todo jujeño tiene una imagen guardada de lo que fue el Éxodo a partir de lo
que nos muestra en la escuela primaria, es decir: un grupo de personas
partiendo de una ciudad en llama y unos que otros animales llevando una carga.
Esas imágenes muchas veces fueron representadas por alumnos de las escuelas o
por grupos que se unían en evocación al Éxodo. Imágenes mudas que nos mostraban
un hecho histórico.
Mi primera idea era la de usar un narrador para
que vaya detallando los movimientos históricos y a la vez iba a ir moviendo
algunas figuras (de personas, soldados, animales, carretas) de unos veinte
centímetros de alto que estarían en un mesón. Es decir, representar con estas
figuras una peregrinación y un relato muy conocido por todos.
No conforme con esa idea, puesto que no tenía
nada novedoso, se me ocurrió contar el Éxodo desde otra perspectiva, es decir,
desde adentro de la historia y utilizar personajes reales que vayan viviendo
los supuestos sucesos que iban pasando día a día.